El viejo cementerio judío de Praga, fundado a fines del mil cuatrocientos, son unas doce mil lápidas que representan solo una parte de la cantidad de cuerpos que se enterraron. Por diversas cuestiones debieron enterrar sobre los enterrados y se calcula que son unos doce niveles. Las lápidas son desde simples estelas de formas triangulares o semicirculares según el estilo gótico hasta las arquitectónicas renacentistas. Muchísimas están decoradas con inscripciones, que hablan de los muertos, sus nombres y epitafios, y símbolos de animales que representan a distintas tribus de Israel.