Durante la exhumación de sus restos en 1902, dos integrantes de la comisión de custodia, el ministro Joaquín V. González y el coronel Pablo Richieri en un descuido se guardaron un diente cada uno. En los medios se dijo sobre el ultraje, los restos “no son del gobierno, sino del pueblo entero de la república, y ningún funcionario, por más elevado o irresponsable que se crea, puede profanarlos”, “que devuelvan los dientes al patriota que menos comió en su gloriosa vida con los dineros de la nación”. El diario La Prensa argumentó: “Vemos en esto un silencio criollo, una tolerancia indisculpable, que tiene su razón de ser en actos semejantes con que han tratado de acostumbrarnos nuestros funcionarios”, ambos del gobierno del Presidente Roca.
Older